jueves, 12 de noviembre de 2009

Travesía por los cielos


El avión cruza cielos, nubes, alientos;

la brisa corta la respiración, las ansias, los mares.

Tú presencia roza almas, penas, amaneceres;

el arpón de tu mirada incrustado en mi ser.

 

Navego en un mar de pasajeros

de cervezas

de historias

de cigarros apagados y de ronquidos

 

Disparo miradas

(bocinas que hablan en inglés)

los pasajeros se conocen sin mirarse,

sin hablarse, sin saberse.

 

La Ciudad de México me espera

/dócil, peligrosa, seductora/;

Escapo del calor de la ciudad

y de tu mirada empañada por dos cristales.

 

Tengo el asiento 12B por casa,

un libro de Efraín Huerta por Biblia.

Y en la memoria, tu aliento

que no deja de asfixiarme

cuando vuelo rumbo al Distrito Federal.

 

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