miércoles, 28 de abril de 2010

A tu vuelta. Cuento para la clase de Literatura.




- ¿En verdad estamos seguros? No hay tiempo. Ya casi amanece.

Aureliano Buendía seguía tapado del rostro con un trapo viejo y sucio por la tierra y el viento.

- Es el único lugar al que podíamos llegar ahora, Coronel. Los tiempos no son buenos. Pronto empezara a llover y, en noches como estas, cuando el cielo se pone ámbar y salen juntos la luna y el sol, es mejor no estar expuestos. Se lo digo, es el único lugar dónde podré llevarlo.

El soldado llegó hasta la puerta de la casa identificando las señales que conocía desde niño: el olor a vinagre de manzana que fue imposible quitar; la perilla oxidada; la madera hueca y fofa, húmeda al contacto. Aquí era. Regresaba casi treinta años después de la última vez. La tienda de Clotilde Armenta. Tocaron la puerta.

Al abrirse, salió una mujer encorvada y cana por la edad. El soldado se quito el sombrero y habló:

- Buenas noches, doña Clotilde.

La mujer dudó un segundo antes de colocar la mano izquierda sobre su boca. Era el mismo, con una mirada que delataba soledad y tristeza, pero con el mismo aire que cuando lo conoció.

- ¿Pedro Vicario? Pero …

- No hay tiempo, mujer, persiguen al Coronel Aureliano Buendía.



- Los conservadores han tomado casi todos los frentes; aún controlamos el centro y algunos pueblos en el sur. Pero hemos perdido casi todo nuestro terreno en el norte; y lo peor, hemos perdido dos puertos.

Pedro Vicario se sentó a su lado.

- Coronel, lleva ya veinte días sin comer nada, déjeme le digo a Clotilde que nos prepare algo.

El olor a vinagre de manzana, que inundaba la entrada, también estaba presente en toda la casa; como un piquete directo al olfato. Clotilde regreso con una barra de pan viejo, una botella de vino y varias latas sin etiqueta.

- Disculpen lo poco que puedo ofrecerles. Nadie volvió a comer desde el funeral.

- No se apure, Clotilde. –Pedro Vicario extendió su brazo izquierdo hasta tocar el hombro de la mujer- Muchas gracias por todo. Por cierto el funeral fue muy bonito, debe ser el último al que fui.

Comieron en silencio. Aureliano sacó un paquete con tabaco y una fina y delgada hoja de papel para envolverlo. El aroma a vainilla le recordaba a Macondo.

- Digame, Vicario –dijo el Coronel al tomarse el último vaso de vino- ¿es éste el pueblo que tanto decía; de donde tuvo que salir huyendo?

- Si, Coronel, hace casi treinta años tuve que salir del pueblo después de pagar mi condena. Nunca había regresado, hasta ahora. Sólo volví una vez, hace varios años. Mi madre quiso regresar por última vez y estuve con ella. Una buena mujer, murió desangrada por pincharse un dedo; jamás cicatrizo.

Clotilde se levantó y recogió los restos de la comida.

- Hace poco vino a visitarme. Dice que está más unida que nunca con la mamá de Santiago. Ella me advirtió que probablemente vendrías, pero no le hice caso. Y mírate, aquí estás.

Pedro Vicario, ausente del mundo y de si mismo empezó a tiritar. Su voz se hizo más profunda; en sus ojos podían verse los años de inquietud, y en su rostro una sabiduría precoz para su edad.

- Es muy triste ver como poco a poco todos se van muriendo. Yo realmente ya no guardo rencor contra nadie; la muerte también te hace más sabio. Cuando vine con mamá me tope con Santiago. Lo vi en la puerta de su casa, jugaba baraja. Seguía con los intestinos de fuera.

- Ay, Pedrito, así están las cosas, bien jodidas. –Clotilde le pide un cigarro al Coronel quien se lo da al instante –En el pueblo ya casi no queda nadie; es triste ver como poco a poco todos se van o envejecen; o mueren, como nosotros. Como si después que Pablo y tú se fueron le hubiera caído una maldición. Quizás lo merecíamos, fue nuestra culpa que Santiago muriera y que pese a eso sigua aquí; como un escarmiento. Y no creas que no me entere de tu muerte, tu madre te lloró por años. Lo bueno fue que ya estaba del otro lado, no hubiera aguantado.

- Fue por una traición. Me dispararon por la espalda. Quizás era justo que muriera así. Si viera que hasta ahora puedo estar en paz conmigo mismo y con Nasar, fijese como la muerte nos …

Y su voz quedó en el aire. El sonido del reloj despertó al Coronel Aureliano Buendía que seguía en la mesa donde cenó la noche anterior. No había nade más que él en esa casa. El sol se asomaba por la ventana, y el polvo acumulado de años de abandono se hizo visible. La voz de Pedro retumbaba aún en sus oídos, y el cigarro que le tendió a Clotilde Armenta, estaba en el suelo, consumido hasta la mitad.


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Hecho a la carrera pero me gustó. Quizás Gabo me pegaría. Quien sabe.

martes, 27 de abril de 2010

La canción más hermosa del mundo.



Pasado mañana el señor Joaquín Sabina en la Arena Monterrey. Por lo pronto, a seguirle con el cuento propio, el de la clase de literatura (con rúbrica, ¡Por Dios!) y el ensayo de Roberto Bolaño. Mañana la fotografía de la generación y olvide comprar mi boleto para la liguilla.

2 de Mayo: Registro para participar en el concurso de ingreso a nivel licenciatura. Y aún no sé a cuál ...

Y dice ...


"Es el intento de escapar del sufrimiento lo que crea grandes escritores: te sientes tan bien que haces que los lectores se sientan bien"

Charles Bukowski
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Fotografías:



En las calles

Lloramos. Ese día salí de casa para no volver. Cerre la puerta mientras ella abrazaba su libreta. Lloramos. Tome el bus a Comala. Gotas (...)


En un parque

Decidimos callar. Llevamos nuestro amor a tal extremo, que al cruzar nuestros ojos ya no había nada que decir. Caímos en lo absurdo. Y en el intento de no lastimarnos, seguiamos buscando en las palabras nuestro remedio. Un día decidimos callar. El sonido del viento y de nuestros pasos era lo único que necesitamos. Sentados en el rocío, unimos nuestras miradas, nuestro posible, y nuestro porque ...


En el cuarto

Preferiamos dormir en el suelo. No tolerabamos los secretos del colchón. Soñar frío. Apagando la luz. Estrellas que duermen en cada respiro.


En la salida

Supe que no regrearía. La rigidez de su mirada y la ropa sin lavar eran prueba de ello. En el cruce de nuestros labios, los restos de cenizas cubrieron tus palabras; las encineraron. Y en el rojo fulgor de tu boca, despertó de sus sueños el golpeteo de tus ojos, mientras cerraba la puerta.


De un recuerdo

Cerrando los ojos, nos veo en la estación. No importa si estoy sumido en tinieblas, el recuerdo de tus labios te construye en mi memoria.

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sábado, 24 de abril de 2010

Twitter, Televisa, y el Nuevo periodismo mexicano.


Resulta imposible a estas alturas negar el peso que las redes sociales están llegando a tener en nuestro país. Ante la falta de creedibilidad de los medios tradicionales -específicamente, la televisión, al mando de Televisa y TVAzteca- los medios alternativos están cobrando peso y reconocimiento.

México se encuentra, según algunas estadísticas, como uno de los países con más usuarios de Twitter; específicamente, en el lugar once. Esto ha dado lugar a que cada persona con una cuenta, desde su casa u oficina, se convierta en un periodista en potencia, con voz para poder expresar su mundo y la opinión que tiene de su realidad.

En fechas recientes los debates sobre la postura de Felipe Calderón ante la guerra contra el narco y sus implicaciones; la violencia con la que opera el ejercito mexicano y sus consecuencias; las declaraciones de Joaquín Sabina; la nueva Ley de Medios y la nueva Ley Anti-inmigrantes del Estado de Arizona fueron los temas más comentados por los Twitteros.

Temas que en los noticieros tienen un periodo de treinta segundos y que en los periódicos le dedican tres párrafos, en Twitter encuentran un medio para ser debatidos y analizados por días y días, al punto de generar movimientos masivos de resistencia social. Prueba de ellos es el tagg que ha estado circulando en los últimos días #televisatienemiedo y #apagontelevisa; a estos se les une tambíén #apagontvazteca. Este movimiento pide a la población que este harta del pésimo contenido de estas televisoras que no las sintonizen durante el último día de Abril y el primer día de Mayo.

Y ha generado ruido. Tanto es el repudio y miedo que genera ésta red que dedicaron un programa entero de su Reallity Show ... perdón, círculo analítico, Tercer grado, ha desprestigiar lo que en Twitter se comenta. López Doriga afirmó que el 90% de lo públicado en las redes es "basura". Yo le recomendaría que revisara en sus programas si lo que él dice no es basura. A mí, en lo personal, me da asco que jamás haya tratado con la seriedad y el enojo que debería haber tenido lo acontecido en la guardería ABC. Cosa que en la "red basura" no se deja de penalizar y es otra de las razones para el boicot. Otro de los presentes era Ciro Gómez Leyva (Ciro Comes Mierda, diría mi papá), que en sus columnas no nos baja de ignorantes y violentos. Oye Ciro, para violentos creo que tú y Marín son los número 1, recuerda el modo en que le robaste el periodico Milenio a Federico Arreola.

Esto marca toda una Revolución en los medios de información. La libertad de opinión y expresión que se ve en estos portales (Twitter, Facebook, Blogs, Foros) ha generado una serie de debates en donde no existe la versión oficial o la políticamente correcta. No hay presión de alguien de arriba. Los twitteros prefieren leer a personas comunes y no a vacas sagradas de la televisión y radio (López Doriga, Adela Micha, Ferriz de Con, Marín, Ciro Gómez Leiva, etc.) Los generadores de debates son @robot2x1 @federicoarreola @tryno @MiguelCarbonell y cientos y cientos más de nuevas voces de opinión que existen y abundan en estas redes.

No serán conocidos "internacionalmente" ni tendrán grandes condecoraciones. Pero lo cierto es que se atreven a ser más críticos y veraces que la mayoría de los dinosaurios que están en nuestra radio y televisión. Personas con ideas frescas y hartos de un sistema que sólo les produce enojo y vergüenza.

En un país donde la mayoría no tiene el acceso a una computadora se podría pensar que las repercusiones que tendrán las redes sociales no seran muy grandes. Sin embargo, el despertar de toda una generación de jóvenes, que son los principales usuarios de estos medios, es un signo de que en un futuro, los resultados serán palpables.

Pacheco: el homenaje.



"Nada de lo que ocurre en este cruel 2010 -de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México- era previsible al comenzar el año. Todo cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye. Sin embargo en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote."


Así es como cerró José Emilio Pacheco su discurso al recibir el Premio Cervantes de Literatura. Notoriamente emocionadó. Ante un público rendido a sus píes, el mejor escritor mexicano de los últimos tiempos. Don Joseme, recibiendo el mayor premio que se le puede dar a un escritor de lengua española. Sólo alguien como Pacheco es capaz de quitarle toda la solemnidad al asunto y a su vez llenarlo de grandeza. Sonríente, bromeando con toda sinceridad, sin dejar esa aura infantil y despreocupada. José Emilio es raza, es la persona más humilde dentro de la literatura mexicana -dónde encontrar personas humildes ya es una hazaña-.

"Lee mucho, escribe mucho, y publica poco." Sus obras completas se resumen a 800 páginas. Quince por año según sus cálculos. Lo suficiente.

Siempre lo he dicho, un libro que marcó mi vida y que hizo darme cuenta de lo hermosa que es nuestra literatura es Batallas en el desierto. Tenía catorce o quince años cuando lo leí. Fue una revolución en mí. A partir de ahí llegaría a Macondo, a Comala, a la Región más transparente y a los Desiertos de Sonora. Pero nada de eso hubiera sucedido sino fuera gracias a la novela de Carlitos, Jim y Mariana.

La grandeza de don José Emilio es tal que no le da pena que se le caigan los pantalones en plena ceremonía. En vez de hablar sobre la magnifisencia de sí mismo, Pacheco en su discurso, relató su primer encuentro con Cervantes: 8 años de edad, Palacio de Bellas Artes, versión infantil, teatro, Salvador Novo. "Me gustaría que el premio Cervantes hubiera sido para Cervantes".


José Emilio es sincero consigo mismo: se queda dormido cuando hablan de él en público, le da pena dar las mismas respuestas en sus entrevistas, no le gustan las cámaras, "la verdad es que soy muy tímido". Es alguien a quien sólo ves y ya te produce algo en tu interior, o al menos, en mí. Jamás olvidare las tres veces que he tenido la oportunidad de verlo y hablar con él, aunque sean sólo unas pocas palabras.

Con el mundo de la literatura a sus píes prefirió no hablar de si mismo. Decir que él no merecía tal premio. Una enseñanza de humildad pocas veces vista. Un fenómeno entre los egolatras escritores latinoamericanos -saldudos para Gelman, Vargas Llosa y Fuentes-. El mejor poeta mexicano vivo. Uno de los mejores narradores, también. José Emilio Pacheco cumplió el año pasado setenta años. Toda una serie de homenajes que apenas ayer parecieron terminar. Afirma que no ha escrito ni una sola linea en todo ese tiempo. Un merecido descanso, maestro, pero no nos obligue a no poder leer algo más de su obra.

Ya ganado el premio de poesía Reina Sofia y el Cervantes, el único paso que le falta sería el Nobel. Se ve lejano, y más por lo cerrada e ignorante que es la Academia. Sin embargo, ¿Realmente importa?, opino que no. Maestro Pacheco, ya eres inmortal.

jueves, 22 de abril de 2010

Se dice.




Sabía que era probable que no estuviera; es más: sabía que no era más que un rumor, pero él prefería intentarlo. Las calles, oscuras ya, recogían los ruidos y luces del día; las únicas señales de vida en este paraje de San Luís eran la música de la cantina y los graznidos de gallos en la tienda. El pueblo envuelto por la luna. Y el último tren avanzó, llevándose con él, una cortina de tierra y una fotografía en su memoria. No había señales de ella a la vista. No había estaciones de radio y su iPod se había quedado sin batería. No había más calor que el producido por su cigarro.

En la esquina del parque, donde está estacionado, observa una caceta telefónica. Aquí no hay señal, ya la ocupare, pensó. El tabaco ya no le satisface. De su bolsillo izquierdo saca una pequeña pipa de metal color morado. La marihuana hará su efecto siete bocanadas después. El frío de San Luís y la Sierra Madre le hacen pensar en Monterrey. En Monterrey y en su perro encadenado; pero esencialmente pensó en el clima cálido y en la última conversación que tuvo con Manuel. Por eso ahora estaba en un frío y solitario parque. Por eso agarro la pistola que compró por si un día tendría que enfrentarse a un sicario -o al ejercito, porque no, uno nunca sabe-. Salio por la tarde.

- Tienes que tomar la autopista, cómo si fueras para Real, pero no, es más delante; es un pedazo de tierra olvidado por todos. Menos por gente como nosotros. De allí le das pa’llá. No tiene pierde, es como una plaza, sin nada dentro de, sólo casuchas y algunos negocios alrededor. Ve en la noche, es mejor así.

Manuel, antes de que Javier partiera, trato de ser lo más exacto posible: y lo logro. Ahí estaba, sentado afuera de su auto, en una banca, recién llegado de la Sultana del norte, esperando. Esperando. La mois ya había hecho su efecto. Javier no soltaba el reloj de su mano, mientras con la otra, mantenía su nuevo cigarro en el aire. 12:40. Samuel dijo que quizás ella llegaría como a la 1:30. Es cuestión de suerte, así que no me pidas cuentas. Javier espera, espera.

Ve salir a dos hombres borrachos de la cantina. Uno le da un beso en la boca al otro. Siguen riendo. Avanzan. El que recibió el beso, le propina terrible golpe a su acompañante, dejándolo en suelo. Su cabeza cae al mismo tiempo que la ceniza del cigarro. Javier suelta el humo de su boca mientras los dos borrachos siguen su camino; pero ya no están abrazados: prefieren la inseguridad del tambaleo.

- Manuel, no me estás jodiendo,¿o sí?

- Mira, yo sé lo que hay ahí de buena fuente. Conocí a dos weyes en el desierto que está luego luego por ahí. Eran una pareja; como yo, buscaban peyote. Ellos me contaron como está el asunto. La describían así, mujer cana, pero no anciana; aperladita. Como se viste es otra cosa, hay quien dice que lleva un vestido negro, o hasta un zarape o una camisa del Necaxa. Ellos me dijeron que la vieron con un vestido.

La brisa del viento mueve su cabello. Sentado en una banca. Sólo.

- Joven ¿tiene fuego?

1:30

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Aún incompleto, espero terminarlo pronto.

viernes, 16 de abril de 2010

El transfondo de una nominación.



No se puede negar: no soy el más popular de mi escuela. No me interesa serlo, tampoco. Creo firmemente en mis convicciones y modos de ver el mundo; creo que son los adecuados dada la situación que todos vivimos.

Me nominaron como el más peleonero de mi generación. Un dato, sinceramente, irrelevante, tanto para mí como para los demás: nadie en un año se acordara de algo así, quizás ni yo.

Sin embargo, mi conclusión fue que llegue a tal nominación por mis actitudes en las clases de sociales. No es que no lo sepa: soy desesperante. Jamás guardo silencio ante lo que considero inmoral o incorrecto, siempre tratando de imponer mi opinión. Sé que no está bien, he tratado de controlarme con pocos resultados: me gana la pasión por expresarme y tratar de cambiar el mundo, aunque sea empezando con mis compañeros de clase.

Podré parecer sobierbio, presumido, petulante y de sangre pesada; pero no es así, en realidad, son mis ganas por tratar de enseñar las injusticias que se cometen a diario en mi país lo que me hace gritar mis juicios.

Tampoco puedo engañarme: sé que más que mis compañeros; no por más listo, no, sólo por que desde niño me gustó leer el periodico. Aún así, soy conciente de alog: No puedes pedir un cambio sin antes estár informado sobre lo que estás quejando; no puedes apoyar o reprobar a un político sin conocer el contexto.

Las últimas discuciones sobre el tan comentado caso Paullete en verdad me molestan: no puede ser que prefieran seguir hablando si fue el papá la mamá si el amante si las sirvientas si se cayó si se asfixió si tal tal tal o cual. Es lo que buscan los medios de información fácticos: que la gente hable de cosas irrelevantes y no de los problemas que aquejan a México como nación.

Que no se confunda con lo que me han dicho, que no me importa la muerte de una niña. Error más grande, me impacto, pero no menos que los últimos cuatro niños asesinados en Monterrey y en Guerrero a causa del ejercito. Claro, nadie hablará de eso, y se molestarán en cada momento que se les recuerde que esos niños no les importan; que sólo buscan el morbo y el tema de moda. Así está el país

Soy como soy y no podre cambiarlo. Si ser loco es creer que soy el único cuerdo en el mundo, que así sea. Mientras tango gritaré todo lo que sea necesario no para que se escuche no mi voz, sino la de cientos de mexicanos que viven en marginación, pobreza y sin educación.

domingo, 11 de abril de 2010

Twitter





http://twitter.com/minificciones

viernes, 2 de abril de 2010

Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel ...


Aunque tuviera que cruzar
de nuevo ese parque
y partir desde el Danuvio
a las dos de la tarde
en una alfombra mágica
o en un cofre de sisternas.

Aunque el mar de sombras
rodease mi vista y mi ser
para silenciar mi agonía;
aún así te buscaría:
en el mercado bajo las fresas
en las alcantarillas con colillas flotando
en el cielo azul o en un aviso de ocasión.

Y si el caso no se diera
y si Dios, Mahoma o el Azar
no te ponen en mi lugar
tendría que crearte, mi niña:
a base de tinta
de chocolate
de vino
y de mi memoria.
Mientras quemo tu retrato, niña,
en las afueras de un panteón
o del teatro
o en la escuela
o en el suelo de un bar.

Con mi creación
cantaría música de Sinatra por las mañanas
vería películas de Buñuel en vacaciones
y pintaría con acuarelas y manos.
Con mi creación sería feliz:
Porque nadei más que tú
llorarías igual que yo
tu ausencia, mi vida.