viernes, 2 de abril de 2010
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel ...
Aunque tuviera que cruzar
de nuevo ese parque
y partir desde el Danuvio
a las dos de la tarde
en una alfombra mágica
o en un cofre de sisternas.
Aunque el mar de sombras
rodease mi vista y mi ser
para silenciar mi agonía;
aún así te buscaría:
en el mercado bajo las fresas
en las alcantarillas con colillas flotando
en el cielo azul o en un aviso de ocasión.
Y si el caso no se diera
y si Dios, Mahoma o el Azar
no te ponen en mi lugar
tendría que crearte, mi niña:
a base de tinta
de chocolate
de vino
y de mi memoria.
Mientras quemo tu retrato, niña,
en las afueras de un panteón
o del teatro
o en la escuela
o en el suelo de un bar.
Con mi creación
cantaría música de Sinatra por las mañanas
vería películas de Buñuel en vacaciones
y pintaría con acuarelas y manos.
Con mi creación sería feliz:
Porque nadei más que tú
llorarías igual que yo
tu ausencia, mi vida.
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